lunes, 31 de marzo de 2014

La importancia del Estado presente

Una de las máximas peronistas dice que "donde haya una necesidad, hay un derecho".

Como frase es preciosa, pero vacía de contenido si no es complementada con acciones. Acciones que, por cierto, debe ser llevada a cabo por algo o alguien.

Ahí es donde la frase empieza a tomar fuerza y donde todos deberíamos entender el porque es necesario siempre un Estado presente.

Es el Estado, con sus recursos financieros y humanos, el que debe garantizar que los derechos sean respetados y que las ayudas lleguen a todos los destinatarios.
Donde el Estado empieza a alejarse, otro va a ocupar ese lugar. Y no siempre con buenas intenciones, o si, pero de dudosa procedencia y finalidad.

Por que un narco asesino y despiadado como Pablo Escobar, fue llorado por la gente de Medellín? Simple, él les dio lo que el Estado no les daba: vivienda, trabajo y seguridad. El narco pasó a ocupar el lugar de un Estado ausente para los necesitados, poniéndolos como aliados y hasta cómplices de sus crímenes.

En un momento, estaba convencido de que se había buscado alejar al Estado del pueblo con el simple motivo de que se cree una masa de personas ignorantes que les permita llevar adelante un ejercicio de libre mercado voraz que se coma los recursos financieros y naturales de un país en favor de las bancas (neoliberalismo).

Hoy estoy empezando a creer que no es solo eso, sino que forma parte de algo mas grande. Donde la educación no llega, donde no hay familia, donde no hay perspectiva de progreso, ahí mismo, entra la droga, la prostitución y la delincuencia.

El consumismo nos llevó a un punto en el que uno es más si tiene un buen pantalón, si se tiene plata para salir de fiesta, un buen auto o un buen par de zapatillas. Desde los medios nos quieren enseñar que uno es por lo que tiene y no por lo que piensa. Vale más un rico tonto que un pobre que lee..

Nos han despojado de todo aquellos que realmente nos complementa, dándonos artículos de consumo indispensables para la inserción social. No importa como, hay que tener eso para valer.

Hoy las clases sociales ya no se distinguen por nivel social y cultural, sino por poder adquisitivo.

Mientras más fuerte se hace el Estado, menos lugar se deja para que eso ingrese, por lo que aquellos que hacen negocios y mucho dinero con la pobreza y la ignorancia, comienzan a pujar con todos sus recursos para volver a ocupar ese espacio que tanto quieren. Es una cuestión de dinero. Estos recursos son los que todos conocen: medios de comunicación, políticos, policía, jueces... Es una red inmensa que solo se ve cuando comienzan a perder lugares.

La asistencia social es el arma que tiene el Estado para atender esos derechos. Se debe aspirar, ante todo, a crear una generación educada y con salud, creándoles un contexto en el que se puedan desenvolver, un contexto próspero.

Es mentira que el pobre no es capaz de avanzar. Si uno le da las herramientas, se va a dar cuenta de que son personas con sueños y con metas. Es mentira que el que tiene plata es de bien y capaz. Hay vastas pruebas de que el dinero no hace a la inteligencia ni a la capacidad, si es un medio que genera oportunidades.

Entonces, si es una cuestión de oportunidades, el Estado debe garantizar que aquel que no tiene el dinero para generárselas, pueda acceder a ellas.

Tampoco sirve el asistencialismo. No es cuestión de darles comida y ropa, pero no proyectar hacia 15 o 20 años. Eso es tirar dinero y sólo perpetuar la pobreza, es seguir teniendo pobres, pero calmos.

Lo ideal es siempre tener un plan de asistencia con proyección y contenido. En esa línea, la Asignación por Hijo y el plan PROGRESAR va camino a eso. No es darle $500 o $600 a un pobre (o a quien trabaje en negro o no trabaje), sino que es darle a quien lo necesite, las herramientas y las condiciones, para que sus hijos tengan esa oportunidad que por cuestiones, muchas veces ajenas a ellos, se les ha negado.

Afortunadamente, La Argentina tiene un legado que no debería ser jamás tocado y son la educación y la salud pública. Con mayores o menores, ambas son de calidad y ayudan a que un plan de educación y salud hacia los mas necesitados a largo plazo sea posible.

Otro aspecto que siempre hay que tener en cuenta a la hora de pensar en un futuro mejor, es el concepto de familia. Quizás, no el mismo concepto del siglo XX, pero si hay que pensar en lo importante que es la contención de la familia a la hora de crecer. Eso es algo que ni la escuela, ni el deporte, ni ningún gobierno puede susplantar.

Probablemente, sean las iglesias (indistintamente de su credo) las que más puedan hacer por lograr este cometido. No desde un inmueble, sino en las calles. Quien no tiene contención, no tiene nada que perder.

Es imposible avanzar hacia una sociedad y un país mas justo si las bases no son sólidas. Educación, Salud y Trabajo. Y es imposible que eso exista sin un Estado presente, siendo ésto imposible si el total de su población no se compromete a ello.